Las muelas del juicio, llamadas también cordales o tercer molar aparecen normalmente entre el periodo en el que termina la adolescencia y los 25 años. Hay ocasiones en las que pueden salir antes, después o incluso no llegar a erupcionar nunca. Del mismo modo también hay personas a las que les erupcionan solo algunas de ellas.
Esta pieza dental actualmente no tiene ninguna función en la masticación, es una herencia genética de los homínidos. Se utilizaban para masticar las plantas y los vegetales y así compensar la incapacidad de digerir la celulosa. La evolución ha hecho que las mandíbulas sean más cortas y por ello hay personas a las que nunca les crecen estas muelas, y por el mismo motivo también a veces crean problemas cuando erupcionan (debido a la falta de espacio).
No siempre es necesaria la extracción de las muelas del juicio, el problema viene cuando causan dolor o afectan en algún sentido al resto de la dentadura.
La exodoncia se realiza en los casos en los que hay sintomatología: dolor, infección, problemas en los demás dientes por la dificultad de la higiene, daño en las raíces de las piezas vecinas o en el caso en el que se vaya a hacer un tratamiento de ortodoncia. En este último se trata de evitar que tras un tratamiento de ortodoncia se vuelvan a mover los dientes debido a que los cordales no tengan suficiente espacio para salir o no erupcionen de manera correcta.
También hay veces en las que solo salen parcialmente y esto las hace propensas a sufrir caries y otras enfermedades debido a que son difíciles de limpiar adecuadamente y se acumulan bacterias.
Tu dentista será el encargado de hacerte una radiografía y comprobar si tus cordales tienen suficiente espacio para erupcionar, o si lo hacen en la posición adecuada. En el caso en los que haya que extraerlos, la dificultad y la duración de la cirugía dependerán de las condiciones en las que se encuentren y si pueden afectar o están afectando a los demás dientes.