Clínica Dental Ortoperio

¿Cepillo de dientes o hilo dental? Aquí te lo contamos

Cepillo de dientes o hilo dental

Mantener una buena higiene bucal es la mejor manera de lucir unos dientes bonitos y prevenir la aparición de caries y enfermedades como la gingivitis o periodontitis.

Una higiene bucal básica implica principalmente utilizar el cepillo de dientes y el hilo dental a diario, llevar una dieta saludable sin exceso de azúcares y visitar al odontólogo con frecuencia para realizar controles y limpiezas.

Tanto el cepillo de dientes como el hilo dental son accesorios importantes para garantizar que los dientes y encías estén sanos.

En este artículo nuestros explicamos la importancia de utilizar ambos, cuál debe usarse primero y algunas recomendaciones para llevar a cabo una buena higiene bucal que nos permita mantener dientes y encías saludables.

Cepillo de dientes vs. Hilo dental

Cepillarse los dientes es indispensable para eliminar la placa y las partículas de alimentos en las superficies expuestas de los dientes. Mientras que utilizar el hilo dental ayuda eliminar las bacterias dañinas atrapadas entre los dientes y a lo largo de la línea de las encías, áreas donde las cerdas del cepillo de dientes no pueden llegar.

Es importante saber que, si no se eliminan, las partículas de los alimentos y las bacterias formarán una placa que puede calcificarse, convertirse en sarro y provocar periodontitis.

Por lo tanto, tanto el cepillo de dientes como el hilo dental son importantes y deben usarse correctamente, ya que cada uno cumple con una función específica y ayuda a mantener una buena higiene bucal.

¿Qué usar primero: el cepillo de dientes o el hilo dental?  

Debemos  cepillarnos primero asegurándonos de usar un cepillo de cerdas no excesivamente duras y   una pasta dental adecuada a nuestras necesidades (las hay con diferentes concentraciones de flúor según la edad, específicas para problemas periodontales o de sensibilidad, con agentes blanqueadores, y por supuesto con diferentes sabores.

Es importante dedicarle suficiente tiempo y atención, cuidando de llegar a todas las caras de cada uno de los dientes y muelas. Para ello es útil seguir siempre un orden, por ejemplo empezar por la parte superior derecha y seguir en sentido de las agujas del reloj pasando primero por la cara externa, después por la interna y por último por la superficie oclusal  (la parte del diente con la que masticamos).

Una vez completado este proceso debemos pasar al hilo dental. Se corta un trozo suficientemente largo para enrollarlo en un dedo de cada mano y se pasa entre cada uno de los dientes o muelas, llegando hasta la encía y arrastrando la placa hacia abajo en la parte de arriba y hacia arriba en la parte de abajo. Esto no sólo limpia esa zona a la que no podemos acceder con el cepillo, sino que también   provee de flúor a los dientes.

Por último no hay que olvidar cepillar la lengua, donde también se depositan suciedad  y bacterias, lo que a menudo provoca mal aliento.

La última fase sería la del enjuague, con agua o con algún colutorio (de nuevo, los hay de diferentes tipos según las necesidades), el cual debe ser vigoroso y realizarse en repetidas ocasiones. Los irrigadores (propulsores de agua a presión) también resultan muy útiles al permitirnos arrastrar placa de zonas de difícil acceso, sobretodo cuando se és portador de ortodoncia o prótesis.

En los casos en los que existen pequeños huecos entre los dientes, los cepillos interproximales (los hay de diferentes tamaños) permiten la higiene en esas zonas.

Recomendaciones para el uso del cepillo de dientes y el hilo dental

La mayoría de los pacientes aseguran a su dentista que utilizan el hilo dental todos los días pero, según diversos estudios, solo un 15% dice la verdad. ¡Cuida tu higiene bucal, tus encías, muelas, dientes y, sobre todo, tu sonrisa, te lo agradecerán!

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