[spb_text_block pb_margin_bottom="no" pb_border_bottom="no" width="1/1" el_position="first last"] Dra. Gema Olmos. Clínica Ortoperio A partir de los 6 años es conveniente hacer una revisión dental y de ortodoncia para valorar si los dientes están erupcionando correctamente. A esta edad los niños ya deberían haber cambiado los dientes delanteros (incisivos) y es en este momento en el que sale la primera muela definitiva (la de …
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Dra. Gema Olmos. Clínica Ortoperio
A partir de los 6 años es conveniente hacer una revisión dental y de ortodoncia para valorar si los dientes están erupcionando correctamente. A esta edad los niños ya deberían haber cambiado los dientes delanteros (incisivos) y es en este momento en el que sale la primera muela definitiva (la de los 6 años) que aparece detrás de las últimas muelas de leche sin que se caiga ningún diente temporal.
La ortodoncia infantil tiene como finalidad el realizar tratamientos en niños en crecimiento de manera que se puedan prevenir problemas bucales a futuro, es decir, se trata de interceptar los problemas antes de que sean más importantes. A menudo descubrimos que existen hábitos orales ( de chuparse el dedo, el chupete o el biberón, y de lengua) que están causando problemas como mordidas abiertas, mordidas cruzadas, desarmonía entre el tamaño o posición de las dentaduras(maxilares) y su rostro.
El tratar a niños en etapa de crecimiento nos proporciona la gran ventaja de que podemos mover huesos y estimular su crecimiento de tal manera que logremos una normalidad y armonía en pacientes que inicialmente no la tienen. Esta oportunidad de manejar el crecimiento es única, ya que en etapas adultas e incluso de la adolescencia ya no es posible lograr esta mejoría en las relaciones esqueletales del paciente, y nos quedamos únicamente con la opción de hacer compensaciones dentales o cirugías para corregir los problemas.
Las mordidas cruzadas laterales suelen ser muy fáciles de corregir a edades tempranas, y así se evitan posibles desviaciones funcionales de la mandíbula que alteren el crecimiento. Las mordidas cruzadas de un solo diente pueden causar apiñamiento, problemas a nivel de la encía, y alteración de la erupción de otras piezas. Interviniendo de forma precoz se puede normalizar la mordida y evitar que se convierta en un problemas más complicado que afecta a más dientes.
Ejemplo de mordida cruzada de un diente.
Las mordidas abiertas alteran la función masticatoria (los incisivos no contactan y no pueden cortar) e impiden una correcta deglución: para tragar el niño tiene que interponer la lengua entre los dientes, lo que provoca que estos se separen aún más agravándose el problema. Puede afectar a la forma en la que crecen los huesos maxilares y un problema inicialmente dentario se convierte en esquelético.
Ejemplo de mordida abierta: los dientes superiores e inferiores no contactan.
Las mordidas invertidas a menudo son consecuencia de un déficit de crecimiento del maxilar. Existen tratamientos ortopédicos para estimular el crecimiento anterior del maxilar, y su tasa de éxito es mayor en edades muy tempranas.
Ejemplo de mordida invertida: los dientes superiores muerden por detrás de los inferiores “al revés”.
Este tipo de tratamientos suelen ser cortos y se pueden llevar a cabo con aparatos sencillos fijos o removibles.
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